Hay proyectos que acaban siendo un auténtico fiasco, un desastre mayúsculo. Éste lo ha sido. Tanto el equipo de Espiral D’acer, el de Dédalo Studio y un servidor hemos visto como lo que debía ser un proyecto económicamente solvente y creativamente apasionante se convertía en todo lo contrario. Resumiendo, una auténtica pesadilla. Todo un ejemplo de cómo una nefasta gestión y dirección de proyecto es capaz de apisonar el trabajo y esfuerzo de todo un equipo profesional. Y no tengo reparo alguno en señalar a la gente de La Caixa que se ha encargado de dicha gestión (patrocinadores del proyecto).
Por el camino quedan meses de trabajo tirado a la basura, mucha frustración y cabreo.
No puedo mencionar el proyecto en cuestión, pero da igual. La lección: nunca se tienen los cabos suficientemente bien atados.
Las imágenes adjuntas son un ejemplo de planteamientos desechados.
